30/05/2020
Un fanático albirrojo, de Luque, del interior de nuestra hermosa provincia de Córdoba. Otro enamorado de Instituto, el club más grande de Córdoba. “Estoy loco por Instituto, lo amo”.
Gastón Eduardo Varas, un hincha que vive con pasión la vida de nuestro club. “Soy hincha desde que mi tío me llevo a la cancha, de los 3 o 4 años. Trabajo en Alladio, la fábrica de lavarropas, y después como maestro Mayor de Obras, en medio tiempo”, cuenta.
El porqué de su fanatismo: “porque me gustaron los colores y el primer partido me quedó marcado para siempre. Y se afianzó ese amor en el primario, en los 90””, cuenta Gastón.
Sus recuerdos: “La verdad que muchísimos. Los amigos que hice, los momentos compartidos, los viajes a los que fui a verlo de visitante. El época en la que estuvo en primera, los partidos con San Lorenzo puntero e invicto y con Boca, dice Gastón.
Más anécdotas del glorioso: “Nunca me voy a olvidar en un clásico con Talleres, fui con mí hermano Elián y cuando hace el gol Furios me colgué del alambrado y no me baje más hasta que nos corrieron, lo perdí y lo llevaron al auto los chicos de mí pueblo”, dice Gastón.
Gastón y Santos Turza.
Su debut glorioso: “La primera vez fue cuando me llevo mí tío y después volví cuando tenía unos 14 o 15 años con el negro ‘Geniol’, era mi encargado del bar que trabajaba como mozo los fin de semana mientras iba al secundario”, narra Gastón.
Los recuerdos de Gastón sobre partidos que disfrutó: “Uh… la verdad que son varios, pero el que más recuerdo fue cuando ganamos la promoción en 2005”, dice.
Gastón, con la de La Gloria.
Los gustos futbolísticos de Gastón: La ‘Lora’ Oliva, después el ‘Capé’ Sarria y el ‘Mago’ Faurlin”, narra el albirrojo sobre esos tremendos jugadores.
El básquet de Instituto, según la óptica de Gastón: “me encanta el deporte, lo practiqué de chico, pero como soy una ojota solo sirvo para mirarlo. Cuando me llevo mí tío de chico a la cancha, me llevo a ver básquet también, la verdad que ni idea en que categoría jugaban pero cuando terminó el partido me metí a jugar con los otros chicos que había y eso todavía lo recuerdo, me dejó marcado”, cuenta el fanático.
Gastón y el ‘Chiri’ Reyes, en otra noche de Gloria del básquet.
Su amor por Instituto: “Es mí primer amor verdadero, mí novia, con la cuál estoy hace 12 años, sabe que Instituto y el Rally son sagrados para mí, en todos mis momentos importantes siempre está presente mí amor por La Gloria, es una forma de vida. El día del partido con Ferro, nos juntamos en Río Primero y de la ansiedad llegue a tener 20 de tensión, uno de los chicos que estaba comiendo ahí llamo a su padre que es médico y el me decía que no podía ir a la cancha así, que podía sufrir un infarto, fui lo mismo más vale, después todos sabemos cómo terminó esa tarde”, narra Gastón.
Ser socio, una obligación para el fanático: “En el centenario volví a la cancha después de tres años. Fui socio desde 2004 hasta 2015, un año de mierda en lo económico, jure que no volvía a la canchas hasta no poder volver a pagar la cuota. Y lo cumplí, el día que me hice socio nuevamente regrese a la cancha. Pasaron tres años de sufrirlo a la distancia. Ahora estoy adherido al débito hace un año”, cuenta Gastón.
Los deseos de Gastón: Me gustaría poder estar más cerca del club, poder ser parte del día a día, por mis trabajos y mí lugar de residencia me es imposible, pero se que algún día lo voy a hacer, cuando no sé, pero lo voy a hacer. Y me gustaría decirle al hincha más que a Instituto, que en esta época difícil no lo dejen solo, yo sé que hace rato no logramos cosas en el fútbol que es lo que mueve más gente, pero Instituto es más que fútbol”, dice Gastón.
“Me gustaría agradecerle a mí familia por aguantar está locura que tengo, a mí novia Cintia Mendoza por acompañarme y bancarse todo, a mis hermanos y viejos que muchas veces los dejé de lado por irme a la cancha. Y decirle al Caco, Zanetti, el Colo y Hippie (la banda) que ya vamos a volver a la ruta para alentar al albirrojo”. Gastón Varas, un fanático de La Gloria.