29/06/2020
De piba jugaba en un potrero. Tiene 36 años, vive en barrio Alberdi y es la arquera del fútbol femenino de La Gloria.
Verónica Gabriela Juárez viene muy bien con los entrenamientos a pesar de la pandemia: “Adaptándome a la nueva normalidad, se complica un poco ya que es un deporte que se practica en equipo, y no podemos juntarnos, se hace lo necesario para reinventarse y no perder el training ni el estado físico”, cuenta la arquera.
Fuerzas de brazos, piernas, juego de concentración, algunos ejercicios de arqueros es lo que entrena: “Tengo un jardín grande donde instalé un arco, ya rompí varias plantas de mi mamá, donde mi sobrino Diego y Luciano me pelotean y me ayudan a seguir practicando”, cuenta Verónica.
Vero se define: “Soy temperamental, pero equilibrada. Tengo buena visión de juego, eso lo aprendí del profe Morán, que me enseñó a jugar adelantada como libero”, narra la arquera.
Nació en una familia futbolera: “Había un potrero frente a casa, todo los días me cruzaba con los varones ya que era la única mujer en el barrio. Y me encantó, es un deporte que te libera, te hace feliz. Lo volvería elegir una y mil veces más” narra Verónica.
Los referentes de Verónica: “Me gusta Hope Amelia Solo (ex arquera de la selección de Estados Unidos), por su personalidad dentro de la cancha. Javier Saviola por su sabiduría, y Germán Sarlot por enfrentar la ingratitud propia del puesto de arquero. Son unos genios ambos”, dice la arquera gloriosa.
Su llegada a La Gloria: “Jugaba en All Boys, enfrentábamos a Instituto, y al finalizar el partido aproveché hablar con una de las chicas (Luli) y le pregunté si buscaban arquero, me dijo que si. Fui, me probé y desde entonces estoy aquí”, cuenta Verónica.
El amor por los colores: “Instituto es mi segunda casa, tiene los mejores colores, es el mejor club, la mejor hinchada. Es una familia”, dice Vero.
“Desde chica solita me hice hincha de La Gloria descubriendo mi apodo (Chaparro)”, cuenta la arquera.
Jugar en la Liga Cordobesas: “Es difícil, el nivel de los equipos es muy parejo, y eso nos obliga a ser más competitivas para estar a la altura. Lo negativo es la falta de incentivo deportivo, el equipo que sale campeón no participa de ningún otro campeonato a nivel nacional o una Copa Federal”, cuenta Verónica. Y añade: “Me gustaría enfrentar a equipos de Buenos Aires”.
El apoyo incondicional de la familia fue clave: “Siempre mis padres me acompañaron, ellos me dieron alas para no dejarme caer, hasta el día de hoy mi mamá me apoya. Mi papá Raúl y Dominga mi mamá que es mi ídola”, dice Verónica.
El partido más lindo, un 3 a 2 en contra contra el equipo que fue campeón y que Instituto tuvo contra el arco: “Contra Belgrano fue un partido duro, mucho nervios, estábamos enfrentando al favorito. Pero dentro de la cancha nos hicimos grandes, dimos pelea. En largo pasaje del segundo tiempo llegamos a ser superiores, imponer nuestro juego al punto tal que
Belgrano pedía la hora”, narra la arquera.
“Cuando tenía 5 años me regalaban triciclos por hacer jueguitos con la pelota, una familia que vivía a la vuelta de casa. Ellos me decían que era parecida a Juan de la Cruz Chaparro, así que de ahí viene mi apodo. Jugaba en su posición”, dice sobre su apodo y el gran jugador que tuvo La Gloria.
Y añade: “Tras la muerte de mi papá que era arquero, desperté en mi la pasión por ese puesto”.
El mensaje a las pibas que dudan en jugar al fútbol: “Que se animen, es un deporte maravilloso. Hoy no hay tanta discriminación como antes. Que sean ellas mismas porque pueden llegar a ser profesionales. Que nada ni nadie las detenga”. Verónica Gabriela Juárez, una Deportista de Instituto.