Alejandro Barreiro, un glorioso en España

03/08/2020


Es técnico en telecomunicaciones y hubo días en donde se quedaba hasta las 4 de la mañana viendo a La Gloria. “A la madrugada tiran la bronca al gritar los goles”. 

Alejandro Barreiro, tiene 39 años y vivió en Córdoba desde los 2 años hasta los 27 cuando partió hacia España por primera vez: “Me fui después de la crisis del 2001, viendo la situación en la que estaba en el país y al saber que tenía la posibilidad de obtener la ciudadanía española, empecé a hacer los trámites y analizar la posibilidad de explorar nuevos territorios. Un gran motivo fue el cambio de aire y también experimentar una nueva forma de vida”, expresa el glorioso.

Su profesión: “Soy técnico en telecomunicaciones y actualmente me encuentro desempleado. Tomé la decisión de dedicarme a mi hijo por completo, ya que fue la decisión conjunta con mi mujer, pues cuando me quedé desempleado estábamos por tener familia”, dice Alejandro.

Cuándo nació y por qué su amor por La Gloria: “Mi amor por Instituto nació el día en el que mi abuelo Juan me llevó a la cancha un viernes por la noche. Era el año 1986 y le ganamos a Platense 3 a 1. Fue un día inolvidable, ya que con mi abuelo tenía una relación muy especial y gracias a él conocí lo colores que me enamoran a día de hoy”, dice Alejandro.

Sus anécdotas con La Gloria: “Mi primera anécdota con Instituto fue al poco tiempo de conocer a La Gloria, teniendo 6 años y yendo con mi padre hacia la cancha por la Quevedo nos encontramos una muchedumbre que corría hacia nosotros , despavorida y a los gritos. Minutos antes había explotado la famosa bomba de estruendo en el vestuario del San Lorenzo. Fue un momento de mucha angustia y mucho miedo”, narra Alejandro.

“Al tener un trabajo en una línea aérea tenía la posibilidad de viajar por la mañana a la cancha donde se jugase el partido y por la noche ver con los amigos el resumen en Córdoba. Otra anécdota fue el día que jugamos contra River en la cancha de ellos y perdimos la categoría. Como me tenía que volver rápido a Aeroparque lo hice en bondi con toda a hinchada de River, con todo el cagazo de que no se dieran cuenta de que era de Instituto y con la bronca y el odio de haber descendido. Tengo infinitas anécdotas que acompañados de un buen mate o un fernecito podríamos pasar horas recordando”, agrega el glorioso.

Cómo se las arregla con los horarios cuando había partidos acá y el estando allá: “Hubo días en donde me quedaba hasta las 4 de la mañana y a las pocas horas me tenía que ir a laburar, otras veces me echaba una siestita previa. Últimamente cuando los partidos se transmiten por youtube me levanto y lo primero que hago es ver el partido, así de paso puedo gritar los goles libremente, pues a la madrugada tiran la bronca al gritar los goles”.

Con quiénes vive allá: “Con mi mujer Noelia y mi hijo Enzo de 4 años, ambos madrileños. Mis amigos más cercanos saben y conocen mi locura por Instituto, porque siempre les estoy contando los jugadores que pasaron por la Gloria, cómo es la mejor hinchada de Córdoba, les muestro vídeos, el gol de oro de ascenso del Tano Riggio. De a poco entendieron la locura que tenemos por Instituto”.

Cómo viene el tema de la pandemia allá en España: “En un momento después del confinamiento duro que tuvimos aquí en España y sobretodo en Madrid, la gente se relajó y se primó el turismo sobre la salud, por lo que con el tiempo los números han ido subiendo exponencialmente y a día de hoy la mayoría de las comunidades tiene rebrotes y mucha cantidad de contagiados. Van tomando medidas para restringir las reuniones y el ocio, pero es verdad que la gente joven es la que está más despreocupada. A pesar de ello, la gran mayoría está concienciada, usa mascarilla y utiliza las medidas de seguridad. De otro modo, si no nos ponemos las pilas volveremos al confinamiento como lo sufrimos en Marzo”.

“Tengo muchas ganas de hacerme socio, sobre todo para poder ayudar al club en este momento tan complicado. También se me ocurrió hacerlo socio a mi sobrino Agustín que no sabe nada de esta idea y tendré que hablar con su madre, que es igual de glorioso que yo y de paso pueda aprovechar e ir a la cancha”, narra Alejandro.

Qué es lo que más le gusta de Instituto: “Es su gente, es sinónimo de familia, la pasión con la que vivimos el día a día, la alegría que transmite. Yo estoy en un grupo muy lindo que se llama Gloriosos por el Mundo, donde contamos vivencias, anécdotas, cosas cotidianas… Y a pesar de que estamos desperdigados por el planeta, cuando hablamos pareciera como si estuviésemos haciendo la previa para entrar a la cancha. Somos gente que hemos vivido más cosas negativas que positivas y aún así, cada vez que empieza un campeonato tenemos la misma ilusión o más de lograr ese tan ansiado ascenso. Y sobre todo poder juntarte con tu hermano Glorioso y cantar, gritar y abrazarte en El Monumental de Alta Córdoba”. Alejandro Barreiro, un Fanático de la Gloria.

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