Fernando Blüguermann y un amor que nació en la distancia
27/09/2020
Vive en Ramos Mejía, Buenos Aires. Se hizo hincha de Instituto y ahora es socio de La Gloria: “Al principio veía los partidos con ojos neutrales, pero empecé a tener sensaciones de hincha”.
La historia de Fernando Blüguermann, que se fue enamorando de a poco de Instituto: “Soy Ingeniero en Alimentos, y tengo una empresa propia de Ingredientes alimenticios. Hace unos diez años conocí por primera vez la cancha desde afuera. Siempre que iba por trabajo y a ver amigos, no coincidía con un día de partido, no había forma de hacer coincidir todo. Eso me tenía loco. Luego, me mostraron La Agustina y pude conocer otra faceta del club”, dice el glorioso.
Sus primeros momentos en la cancha: “Pude ir a varios partidos de Instituto. Incluso a los festejos de los 100 años. Por suerte, a los que fui, el equipo ganó. El primer partido mis nervios no eran ni por la tabla de posiciones ni por otra cosa que no sea “que gane por favor”. En la previa, sin decirle a nadie, pensaba que no quería, que mis amigos al final del partido me dijeran ‘sos una drapie, no vengas más’. Ganamos 4-3 contra Defensores de Belgrano, un partido que terminó de noche. Ahí respiré feliz”, narra Fernando.
“Al principio veía los partidos más con ojos neutrales, pero fue casi inmediato, empecé a tener las sensaciones de hincha”, reconoce Fernando.
Fernando es amigo de un profe de La Agustina, y una vez fue a filmar con un drone las Inferiores: “De hecho saqué muchas fotos al club. Al comienzo, desde afuera del estadio, estaba muy impresionado por las pintadas, los escudos, el recuerdo de viejas Glorias del Club e hinchas. También saqué fotos en los 100 años. En La Agustina, pude llevar un Drone y entregar ese material para los profes, para mostrarles cómo podrían sumar un nuevo punto de vista para los entrenamientos de las divisiones inferiores y analizar partidos. También para mostrar al Club a otras personas desde otro aspecto. Todo el material lo dejé para mis amigos hinchas del Club para que puedan transmitirlo. Y lo volvería a hacer cuando gusten, siempre ad honorem, para colaborar”, cuent el albirrojo.
¿Eras hincha de otro club?
“En Buenos Aires, de Boca. Pero cada vez lo veo más lejano. Por la imposibilidad de ir a la cancha y además por cómo se vive. No tiene nada de lo familiar de ir a ver a Instituto. Hacer la previa, ir tranquilo al estadio, ver el partido y compartir con amigos y luego hacer el post partido. Nada de eso ocurre en Buenos Aires. Mis padres, hermanos y sobrinos estamos divididos como hinchas de varios clubes”, expresa.
¿Porque te hiciste socio?
“Es raro hacerte socio de un Club por una pasión que no te inculcaron de chico. Y eso lo rescato porque es por elección pura. Pensé que siendo el único Club de Córdoba, una forma de colaborar era hacerme socio, además de otras acciones que puedan venir. Y el compromiso de ser Socio me hace sentir más que bien. En este momento particular, donde todo es más complicado, creí que era el momento justo”, narra Fernando.
“Tuve la oportunidad de ir varias veces a La Agustina, acompañando a uno de los profes. Me mostraron las realidades de muchos chicos que viven en la pensión y de los profes que ponen lo mejor de sí para sacar al club adelante y darle la oportunidad a los chicos de tener otro aspecto educativo y formativo. Me brotaban las ganas de ayudar en lo que podía. Desde colaborar en aspectos de nutrición, como también intentar ayudar con fotos, videos, lo que fuera. También me he encontrado en Buenos Aires con ellos, cuando venían a jugar con clubes de Buenos Aires en divisiones infantiles y yo me iba hasta allá para compartir con ellos”, dice Fernando.
“La atracción fue creciendo hasta convertirse en amor por el Club, aunque desde lejos y sin estar presente a diario. Felizmente, frecuentemente voy a Córdoba, y me reúno con mis amigos, con los que hemos compartido muchos Rally’s, juntadas de asados y guitarras, Cosquín y me han hecho querer a la Provincia. Y ahora, un cachito más de mí está siempre presente en Alta Córdoba”. Fernando Blüguermann, un Fanático de La Gloria.
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