24/11/2020
El base de 28 años llegó al conjunto de Alta Córdoba para reemplazar a Santiago Scala por lesión. Tuvo la oportunidad de jugar dos partidos donde se cosecharon dos victorias importantes y ahora entrenan para estar en óptimas condiciones para la vuelta al juego.
Sobre su llegada a la Gloria, Diego contó : “los primeros contactos fueron rápidos, había muchos en mi posición sin equipo, apenas se presentó la oportunidad ni lo dude. Todos quieren jugar en Instituto, hoy en día es uno de las mejores instituciones de la Liga”.
Instituto jugó 8 fechas y ganó 7 encuentros. El base estuvo presente en las últimas dos victorias que el equipo albirrojo cosechó previo a la suspensión de La Liga, ante Quimsa en suplementario y ante Libertad. Respecto a su rendimiento en los encuentros explicó: “pude cumplir con mi función en los dos partidos que me tocó jugar. Era importante ganar, pero también empezar a encontrar más regularidad en la forma de jugar. Es un punto a mejorar que tenemos hoy como equipo” señaló y añadió que se sintió muy cómodo “casi sin entrenar me tocó jugar muchos minutos y pareciera que hacía meses ya estaba en el equipo. Eso habla de la confianza que depositaron mis compañeros y el cuerpo técnico en mí, que hizo que todo sea más simple” profundizó.
Si bien Diego es el último en sumarse al conjunto albirrojo, el base conoce a la Gloria ya que tuvo su paso por las inferiores: “El paso por las inferiores fue muy lindo. De mucho aprendizaje. Conocí mucha gente pegada al club que me escribieron cuando se dio lo de mi contratación, eso me puso muy feliz, porque recuerdo cada momento vivido, los días que me quedaba a dormir en la casa de algún amigo y me hacían sentir parte de sus familias ya que vivía lejos, nunca lo olvidaré y estaré agradecido por eso. Fue una época que me marcó a futuro, donde empecé a descubrir mis ganas por ser un jugador profesional” recordó sobre sus primeros pasos en el deporte y en Instituto, además añadió: “En esa época no era de los que más jugaba y de los que más condiciones tenía, pero mis ganas de ser como muchos de mis compañeros hizo que trabajara el doble y que con el tiempo creciera”.
El club de aquel entonces era muy distinto al de ahora, el crecimiento y la profesionalización del básquet albirrojo en los últimos años lo convirtieron en un equipo protagonista a nivel nacional e internacional. La vuelta de la delegación a Córdoba le permitieron a Figueredo reencontrarse con el Sandrín: “al club lo encontré muy bien, dio un salto de calidad y eso hace que hoy esté entre los top de la Liga Nacional”.
Mientras se espera la reanudación del torneo, el conjunto dirigido por Sebastián Ginobili continúa trabajando: “seguimos entrenando duro, mejorando cosas como equipo y en mi caso conociendo más a mis compañeros. Estamos muy ansiosos de volver a competir” cerró el base albirrojo.
Foto: La Liga Contenidos