Francisco Ambrosio Manzano Lujan, el albirrojo

15/08/2020


“Miliki” Jiménez es su superhéore y participó del libro del centenario.

La historia de Francisco Ambrosio Manzano Lujan: “Soy hincha de Instituto por herencia. Mi abuelo materno, Ambrosio, era hincha de Instituto. Sus hijos no eran futboleros, pero mi mamá se puso de novia con mi viejo, Omar. Él sí es un enfermo del fútbol y “Glorioso”. Fue ahí que ellos empezaron a ir juntos a la cancha y cuando nací fui el tercer integrante de esas tardes de Alta Córdoba”.

Sus comienzos en el Monumental: “Soy de San Martín Norte. Pero uno se siente de Alta Córdoba, el barrio en el que espero vivir algún día. No recuerdo el primer partido. Sí sé que Ambrosio y Omar me llevaron en épocas de Klimowicz y Oliva. Mis primeros recuerdos son del plantel de Martino y una hinchada fascinada por lo bien que jugaba ese equipo”, narra Fran.

Los gustos futbolísticos de Fran y el gran cariño por ‘Miliki’: “Me gustan los jugadores que son dignos a la historia de este gigante club que es Instituto. Sarría, Raymonda, Faurlín. Gente que juega bien al fútbol. No obstante, el jugador que más feliz me hizo fue Daniel Jiménez. Para nosotros fue un superhéroe. Es el día de hoy que sigo esperando que alguien haga un poquito de lo que hizo “Miliki”.

“El básquet de Instituto me parece lo más hermoso que le pasó al club en el último tiempo. El ‘renacer’, el crecer, el posicionarse y el jugar de igual a igual en todo el país y el continente es increíble. Algo digno de la historia de este club. No soy un erudito en la materia, pero he asistido a diversos partidos desde la temporada del ascenso a la Liga Nacional. Me pone mal que se le caiga al básquet por malos resultados del fútbol. Clancy no tiene la culpa si la pelota pega en el travesaño de la ‘Máquina de escribir’”, narra el glorioso.

Los suyos: “Mi familia es chica. En casa somos: Mi abuela, María Ester. La mujer más linda del mundo. Además, están mi tía Claudia, y mis viejos: El Omar y la Gladys. Sí, soy hijo único. Hace más de dos años que estoy de novio con Ceci. Ella también es socia de Instituto. No nos perdemos un partido”, cuenta el albirrojo.

Los mejores partidos en el Monumental: “Partidos en el Monumental… Recuerdo el 4-3 Vs. Newells y el 3-2 frente Almagro, ambos en 2005. También se me viene a la mente un 1-0 con Chacarita en el 2007. Fue el último gol que recuerdo de Jiménez”.

Lo que más le agrada de la Gloria: “Me gustan varias cosas de Instituto. Es un club que no para, siempre está activo. Recuerdo un día haber salido del Monumental con mi amigo José Sereno y entrar al Sandrín en épocas de TNA. Hermoso. Me encanta ver familias enteras en cada rincón y ver como los nenes y nenas crecen y forjan un sentido de pertenencia en el club”, dice Fran.

Y agrega: “Pero hay algo que me enamora de Instituto. Es un estilo de procesión: Bajar por Sucre de la mano de Cecilia, juntarme con los pibes (Eze, Jessi, Mati, Fabri, Pato, Gianni, Facu y José) tomar algo en el kiosko de Lope de Vega, entrar a la Salvador Mastrosimone y vivir cada partido como si fuera el último”.

Sentido de pertenencia: “Soy socio porque siento que es la forma de devolverle algo de todo lo que me ha dado Instituto. No es mucho el dinero, y le queda todo al club. No se compara, porque si compras entrada le pagas hasta al árbitro que después encima te bombea. No, deja. Si realmente querés a Instituto, tenés que ser socio”.

“Mi participación en el libro del centenario fue lo más hermoso que me pasó en la vida. A través de Sereno y Maximiliano Rojas, que hicieron de nexo, pude llegar al grupo que encabezaban Marcelo Meloni y Sol Ávila. Ahí me encargué de escribir diversos deportes como bochas, vóley, handball, hockey y algo de fútbol. Insisto, es el mejor triunfo que me regaló Instituto”. Francisco Ambrosio Lujan Manzano, un Fanático de La Gloria.

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