21/05/2020
José se hizo hincha de Instituto viviendo en Villa Giardino por un verdulero glorioso que le regalaba frutas y de allí nació su pasión. Luego de viajar por muchos lugares, hoy alienta a La Gloria desde Europa.
De pibe, en los pagos de Ignacio Antonio: “Viví en Villa Giardino. A los 19 años me fui a Buenos Aires y después de 13 años partí a Italia. En el 2014 volví a Buenos Aires y en el 2017 me vine a Irlanda”, cuenta José.
Nació su interés por los viajes y de a poco fue viendo más a Instituto cuando jugaba afuera: “He visto más al club de visitante que de local, hace once años que soy socio. Debo haber ido unas 10 veces a Alta Córdoba. Cuando vivía en Villa Giardino me escapaba a ver a La Gloria cada 15 días”, dice José.
“Un día decidí ir a probar suerte a Buenos Aires y luego a Italia. Siempre me picó el bichito de viajar y conocer lugares. Aquí en Irlanda son buena gente, se habla inglés. Los irlandeses son muy divertidos. Son lo más parecido a Argentina que he visto”, narra José.
Su cariño por Irlanda: “En septiembre se van a cumplir tres años de vivir en Irlanda. Estudie inglés. Estoy feliz de estar aquí. Siempre digo que lo mejor que tiene la isla es su gente”, cuenta José.
El coronavirus también provocó cambios en la vida de José, que dice: “Antes de la pandemia trabajaba en una agencia de catering cuando había eventos. Y dos trabajos fijos: en un restaurante como ayudante de cocina y en una panadería, que el trabajo que me queda ahora y es de lo que vivo porque esta todo parado”.
La historia del verdulero que lo hizo fanático de La Gloria: “En Villa Giardino, a los 11 años, un verdulero me decía que entre al negocio y que saque la fruta que yo quisiera antes y después del colegio. Se llama Mario Paredes. Ahora es jubilado y es fanático de Instituto. El me inculcó lo de ser de La Gloria. Cuando me fui a Buenos Aires, mi pasión por Instituto se volvió una locura. Extrañaba al club tanto como a mi vieja”, comenta José.
La Filial de Buenos Aires: “En la cancha me hice amigo de Carlos Sutter, Carlos Nieva y a mi amigo del alma Fernando Luján, que es lo mejor que me dio el club, la amistad con el. Con el y los demás chicos fundamos la Filial de Buenos Aires. Y empezamos a viajar por todos lados. Arreglábamos los días del trabajo y allá íbamos”, cuenta José.
Recuerdo imborrables para José: “Cuando el ‘Chulo’ Rivoira dirigía Chacarita fuimos a San Martín y en el estacionamiento le di una camiseta de la Filial. Nos emocionamos, luego el nos volvió a dirigir. Todavía me cuesta creer que ya no está entre nosotros. A Paulo Dybala también le regalamos una remera. Muchos partidos estuvimos pero sin poder gritar los goles como el tercero de ‘Wanchope’ Abila a Huracán”.
La diferencia horaria lo complica pero no lo frena para ver al albirrojo: “De una forma u otra veo los partidos siempre. A la panadería entro a las 7 de la mañana y si el partido es a las 9 de la noche acá termina a las 3 de la mañana y es difícil: Pero me las arreglo, chusmeo redes sociales, lo que sea”, narra José.
Un irlandés que quiere la casaca de La Gloria: “Vivo con un irlandés que es el dueño de la casa y un chico de Nigeria. Cada uno tiene su habitación. El irlandés quiere una camiseta de La Gloria. Así que cuando vaya a Argentina le compraré una”, dice José.
Con los colores a todos lados: “Siempre ando con, por donde el destino me lleve, con ropa y equipo de mate del club. Todo de La Gloria. Aquí en Irlanda todos conocen a Osvaldo Ardiles y también a Paulo Dybala”.
José, socio como toda su familia: “A mis hermanos les regalo la cuota. Pablo, el del medio, va siempre. Lo que me dolió mucho fue no poder ir al Centenario del club, estar tan lejos de mi amado club”, dice.
La Filial Internacional de La Gloria: “Ahora tenemos una filial que se llama ‘Gloriosos por el Mundo’ con hinchas que viven en Japón, España, Italia, Suiza, Brasil, Chile, Costa Rica, Colombia, Uruguay, México y más países”. La historia de José Rivera, un fanático en Irlanda.