17/08/2022
Treinta años de amor, de brindarle al club su granito de arena que ahora con una gran alegría muestra su carnet y pasa a ser categoría vitalicia. En la previa del partido ante Riestra, se le entregó un presente en reconocimiento a sus años que aportó a la institución.
“Es un orgullo y un premio por no haber dejado de pagar las cuotas de socia por más de 30 años, en mi caso 31 años y medio” expresó con pasión, Liliana Pérez Burgos, la socia que hace días atrás pasó a ser vitalicia del club.
Amante por los colores albirrojos desde que nació, “Lili” es socia desde sus 15 años como grupo familiar con sus padres y hermanos. El club siempre fue como su segunda casa; pasó toda una vida y hoy comparte las canchas con su hermano Eduardo y su esposa Petty.
“Soy hincha desde que nací. Mi padre era muy hincha, falleció a los 96 años en enero del 2021 y mi madre aún continúa siendo de las más fanáticas a sus 88 años. Mi casa de la infancia es casi el patio de la cancha, está a una cuadra” Liliana Pérez Burgos.
Muchos apasionados encuentran en el club el amor de sus vidas, y “Lili” no fue la excepción. No sólo que lo conoció, sino que también formó una familia y les transmitió su pasión incondicional por la Gloria.
“Conocí a mi esposo en una de las reuniones que se organizaban en el club en los años 70 y ya llevamos casados hace 45 años, o sea que allí nació mi familia” contó la gloriosa, haciéndose referencia a lo más lindo que le dio Instituto.
Aportando desde su lugar, Pérez se involucró en la subcomisión de vóley en años anteriores. Además, “mis hijos mayores jugaban vóley en el equipo del club en los años 90 y participaban en torneos oficiales y mis hijos menores jugaron en las divisiones inferiores de fútbol”.
Recordando aquellas épocas, Liliana nos compartió una fotografía donde se puede ver algunos de los representantes de aquella subcomisión de la disciplina en la cual ella formó parte.
Liliana estuvo presente en muchos de los partidos acompañando y alentando a su querido Instituto. Tiene plasmado en su memoria y en su corazón miles de abrazados de goles y festejos pero hubieron dos momentos que le son inolvidables, ya imaginarán cuáles son ¿no?. Así es, los ascensos del 1999 y del 2004.
“En el del 99 viajamos a Bs. As. y lo vivimos en familia en cancha de River contra Chacarita. En el 2004 fue hermoso también fuimos al, ahora Kempes, y vimos el que, para mí, fue el mejor gol y el que más festejé” rememora Liliana.